lunes, diciembre 25, 2023
Violencia o el poder de lo sublime
martes, julio 11, 2023
Lenguaje corporal
Las domas naturales hacen hincapié en la comunicación con el caballo.
Toda comunicación implica un lenguaje.
Si bien la semiótica es un estudio referido específicamente al lenguaje humano, podemos extrapolar alguna de sus categorías para abordar con más precisión qué significa el lenguaje cuando tratamos de comunicarnos con los caballos.
La señal alude a una relación física, una suerte de relación causal, si hay humo hay fuego.
El signo es algo más elaborado porque implica cierto grado de abstracción siendo la relación entre signo y significado algo más elaborada en cuanto a la interpretación. Si bien las señales de tránsito se llaman señales, se podría decir que son signos que indican o dan información a través de imágenes.
El símbolo sería el grado más elevado de abstracción, por ejemplo una palabra, que no tiene en sí ningún rasgo que la identifique con lo que se pretende anunciar. La palabra perro no tiene nada de perro, aunque Borges diga que el Cratilo dice que en el nombre de la rosa está la rosa.
Con estos elementos deberíamos poder abordar con mejor criterio aquello a que nos referimos con el lenguaje de los caballos.
Según lo entiendo, nuestra comunicación con el caballo se basa fundamentalmente en señales, hay una relación física tanto por a tierra como montados, que transmite información.
Los signos para un caballo pueden entenderse como interpretación del medio… ambientes que conoce y en los que puede sentirse seguro, objetos que desconoce y que generan inseguridad y desconfianza… las señales impactan a nivel psicológico. En ese sentido nuestro “lenguaje corporal”, es decir, nuestra disposición física, la actitud, la mirada, el tono de voz, estar de espaldas, de frente o sentados… son elementos del escenario que dan señales al caballo para su análisis de la situación.
Por último, los símbolos, quizás sean los menos funcionales en la comunicación con el caballo porque al menos hasta ahora no se ha demostrado que el caballo maneje nuestros mismos códigos gramáticos y semánticos. Aunque un caballo responda a una “voz de mando” solo será por condicionamiento físico y reflejo.
Dicho todo esto para poner de relieve que para abordar un caballo bajo los términos de la comunicación y el lenguaje no hay que “aprender” un lenguaje de señas, no hay que repetir pasos de baile, sino que se trata de aplicar la intuición para manejar nuestro cuerpo como señales claras de la información que se pretende transmitir.
miércoles, mayo 03, 2023
Etapas de la inciación del potro
Trabajo pie a tierra
1.- control de movimientos, trabajo a la cuerda
2.- adiestramiento al manejo y conducción con dos tiendas largas
3.- colocación y habituación al bridon
4.- paulatina habituación al peso del jinete
5.- entrenamiento en la conducción en línea recta con riendas largas
6.- trabajo en libertad
miércoles, marzo 09, 2022
viernes, octubre 22, 2021
Una nota sobre el contacto. Un aporte cibernético
Estos apuntes, como suelo aclarar, no están dirigidos a dar cátedra de equitación. Son solo un modo de compartir la experiencia entre quienes avanzamos a los tropezones. Vamos descubriendo cosas que parecen funcionar y despejando obstáculos que nos impedían disfrutar.
El contacto es un concepto que trata de definir una realidad práctica que suele ser muy esquiva. Hay infinidad de ideas que tratan de aclarar y dar pistas sobre el contacto.
El contacto según la escala de progresión del entrenamiento es un escalón necesario que se eslabona con la impulsión y el equilibrio.
Ahora bien, impulsión y equilibrio de alguna manera están determinando cierto abordaje de la idea del contacto: relacionado con la impulsión, el contacto puede interpretarse como la herramienta para administrar dicha impulsión; y respecto del equilibrio, el contacto parece funcionar como una ayuda para sostenerlo.
En ambos casos la noción de contacto opera como un organizador, y detrás del contacto está la mano (y todo el cuerpo) y la mente del jinete que conjugando estas ideas que mencionamos se compromete con una acción subjetiva de control.
Digámoslo de una vez, toda idea de control suele ser un obstáculo para la práctica ecuestre. El contacto no debería ser abordado como un instrumento con el que el jinete organiza y controla al caballo.
Ayudas de retención o tensiones que soportan el apoyo del caballo lejos de ser funciones del contacto son síntomas de problemas.
Lo primero con lo que quiero ilustrar mi comentario es con un juego de palabras. El contacto alude al tacto: el contacto debe pensarse como montar con-tacto… aquella apelación milenaria al tacto ecuestre.
Teniendo esto como referencia vamos a pedir prestado de la ciencia de la información algunas consideraciones que pueden ser útiles.
La comunicación supone algunas realidades concretas: un canal de información, una información a ser transmitida y recibida, y un emisor y un receptor en sintonía con la modulación del mensaje.
El contacto es sin lugar a dudas un puente de comunicación con el caballo. En tanto puente de comunicación supone un ida y vuelta: enviamos tanta información como cuanta recibimos. Y para que esa información sea transductiva y produzca efectos en el sistema debe intercambiarse entre emisores y receptores que tengan la capacidad de modular el mensaje.
La mano del jinete no está ahí para enviar órdenes (mucho menos imposiciones autoritarias que no consideren si el receptor está en condiciones de interpretar el mensaje) sino para recibir información de la boca del caballo y eventualmente devolver información convergente al funcionamiento del sistema.
De este esquema se desprende una premisa fundamental que es básica en la cibernética, la intensidad con que se modula el mensaje debe canalizarse dentro de los parámetros del canal de información. La información no debería llevar una intensidad que haga zozobrar el puente ni mucho menos usar el puente (la rienda) como mensaje.
Esto es someramente lo que quería compartir, pensar el contacto como una vía de comunicación que reciba y devuelva información de tal modo que el puente no se rompa y permita que la información fluya en ambos sentidos.
La rienda es un puente entre la boca y la mano del jinete a través del cual se comunica e intercambia información necesaria para el funcionamiento del sistema.
jueves, septiembre 16, 2021
Entrenamiento del potro: cabresteo
jueves, agosto 19, 2021
Entrenamiento del potro: iniciación a las flexiones de cuello y cabestreo
La experiencia nos hace saber que la relajación nos hace más permeables para percibir y recibir nueva información.
En la iniciación del potro la relajación es un requisito necesario porque no solo mantiene apagado el switch de fuga y las tensiones asociadas, sino que promueve y facilita la plasticidad del sistema muscular del caballo propiciando además la captación de nueva información.
El cuello del caballo es un sistema complejo de músculos asociados que morfológicamente están diseñados y conjugados en función de sus programas básicos de conducta: son operativos para estirarse y pastorear tanto como lo son para erguirse y equilibrar la masa del cuerpo rápidamente.
Por la parte superior del cuello: romboideo, esplénico y trapecio acaban uniéndose con el dorsal mayor; y por la parte inferior, el esternocefálico y el braquiocefálico que ligan el pecho y el anterior con la cabeza. Es un ejercicio recomendable observar al menos una lámina de la musculatura del caballo para captar la conjugación compleja de todo el sistema y luego palpar al caballo para poder reconocer mínimamente estas masas musculares y eventualmente sus tensiones.
Al estar junto al caballo y dispuestos a procurar algún ejercicio deberíamos hacer un reconocimiento de las zonas que presentan tensión y podrían provocar resistencias o respuestas de oposición.
En general cuando demandamos las primeras flexiones el caballo no solo no cederá el cuello sino que dará algún paso atrás. El objetivo será reconocer el punto de resistencia que se encuentra en la inserción del trapecio con el dorsal y masajear esa región.
El conjunto muscular del caballo es un sistema sinérgico que responde operativamente de manera coherente e informado por el programa de conducta que lo impulsa.
Nuestra aspiración es comunicar nueva información a ese sistema. Ponerlo en situación de una relajación tal que lo haga permeable (y no sumiso) a un movimiento interactivo. Qué significa esto? Significa que el sistema complejo del caballo se complejiza aún más al vincularse con estímulos que representan nueva información para el sistema.
Una vez que se conquista una flexión de cuello relajada podremos avanzar para demandar un giro y trabajar el movimiento de los posteriores observando y vigilando que este movimiento se exprese respetando la regularidad del aire (el paso en este caso) y flexionando las articulaciones.