El trabajo pie a tierra con dos riendas largas resulta muy práctico y sobre todo nos permite avanzar paulatinamente durante la iniciación, confirmando y asegurando el aprendizaje del caballo.
Es cierto que en un principio puede resultar algo complicado arreglarse con las dos cuerdas y dominar la conducción con habilidad y agilidad, pero vale la pena hacer el esfuerzo porque este manejo beneficiará nuestro tacto.
En un primer momento trabajamos dentro del circular o del cuadrilátero, con las riendas atadas a la jáquima y pasadas por los estribos (que habremos atado por debajo del caballo).
Los primeros objetivos consisten en confirmar la marcha tranquila al paso y al trote, la respuesta a la voz de alto y los giros y vueltas.
Las ayudas (mensajes) con las cuerdas no deben ser nunca de retracción, los altos se deben ejecutar del mismo modo que lo hacíamos con el caballo suelto, adelantando nuestro cuerpo… los giros y vueltas se iniciarán demandando primero una flexión del cuello.
En un principio marcharemos siempre en forma lateral respecto de la dirección de marcha del caballo, en una posición similar al trabajo a la cuerda… con los primeros ensayos de cambios de mano en el círculo advertiremos que el caballo se sorprende un poco al perdernos de vista. Para colocarnos definitivamente por detrás del caballo necesitaremos unas cuantas sesiones.
Además de estos objetivos elementales, el trabajo pie a tierra con riendas largas introduce al caballo en la importancia de la rienda externa y más adelante cuando podemos marchar detrás suyo, el caballo aprende a recibir órdenes sin tenernos a la vista y empieza a trabajar en la rectitud. Consideremos que hasta ahora el caballo siempre ha visto nuestros gestos y órdenes, pero ahora no solo no nos verá sino que además debe tener la voluntad de ir por delante, ya no nos sigue, sino que ahora debe ejecutar poniendo algo más de voluntad, decisión e iniciativa. Recibirá las órdenes a través de la voz y de las indicaciones de las riendas que actuando sobre los flancos semejarán la acción de nuestras piernas y sobre los garrones activarán la impulsión y su accionar cada vez que sea necesario.
Recién cuando hayamos confirmado una marcha segura en línea recta y sobre todo altos sin necesidad de aplicar tensión en las riendas, podemos aventurarnos a un paseo que poco a poco puede ir incluyendo diversas alternativas: zigzag entre árboles, subidas y bajadas en desniveles propios del terreno, pasar por sitios estrechos, pasar pequeñas zanjas o banquinas… es válida toda maniobra que nos ayude a confirmar la confianza del caballo Lo único que debemos velar es por evitar todo manejo brusco o de riendas tensas… o tratar de imponer caprichosamente alguna maniobra que si no ocurre espontáneamente, nos advertirá sobre que el caballo aun no está tan maduro como debiera…
Con las riendas largas también podemos introducirnos en ejercicios de lateralización, ceder a la pierna y apoyos.
La marcha del caballo debe ser animada por constantes demandas de flexibilidad del cuello a una mano y a la otra, acompasadas según la marcha de las espaldas… cada tanto repetiremos altos y aprovecharemos para acercarnos al cuello del caballo y felicitarlo con caricias y halagos.
Como decíamos, el trabajo con riendas largas nos permite confirmar lo aprendido por el caballo en cuanto a conducción y confianza… no se trata de que el caballo aprenda a hacer ejercicios aislados, se trata de desarrollar una confianza simbiótica, de tal modo que el caballo pueda ejecutar prácticamente cualquier demanda o enfrentar cualquier obstáculo con la certeza que nuestras pedidos no son ni abusivos ni exorbitantes. Cimentando de tal modo la confianza en sí mismo.
De otro modo el caballo aprende aisladamente, sin articular ni combinar; por ejemplo, aprende a subir a un trailer pero en determinadas circunstancias, cuando éstas cambian, todo cambia y hay que reconducir el manejo. El caballo antes que nada debe aprender a estar seguro de sí mismo, que no le pediremos nada que no pueda hacer, y esta disposición de ánimo nos ayudará a resolver cualquier circunstancia.
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