domingo, noviembre 26, 2006

Gestos y comunicación

el que verdaderamente pone paciencia es el caballo,
dándonos siempre una nueva oportunidad para que
aprendamos a pedir las cosas como se debe.


Si bien las técnicas de manejo en principio no van más allá de lo que debería ser una correcta educación del potro y un adecuado manejo de “cuadra”, durante esta iniciación se juega buena parte de la impronta que quedará fijada en el caballo.

La confianza mutua, el respeto, los buenos modales y las ganas de agradarse uno a otro cimentarán el vínculo que debe basarse especialmente en la buena disposición del manejador.

… que paciencia es lo que hay que tener justamente cuando uno siente que se le acabó… o decir que la paciencia es una cualidad y en tal sentido no siendo una cantidad, a uno no se le puede acabar ni agotar la paciencia, la tiene o nunca la tuvo.
Muchos dicen que con los caballos todo es paciencia, pero yo creo que el que verdaderamente pone paciencia es el caballo, dándonos siempre una nueva oportunidad para que aprendamos a pedir las cosas como se debe.

Yo creo que son los caballos los que acaban instalando esa virtud dentro de nosotros. Desde luego que no hablo de aquellos virtuosos que tienen el talento y el tacto innatos para llevarse bien con los caballos, hablo de aquellos simples mortales como uno a los que aquello que parece simple nos representa todo un desafío. En general, el caballo no actúa de acuerdo a nuestros deseos sino hasta tanto las cosas no estén debidamente planteadas.

Visto de este modo, no es que seamos pacientes por insistir obstinadamente en repetir la misma técnica, la misma conducta, es que al cabo de tantos intentos habremos variado nuestra actitud hasta hacerla comprensible e interpretable por el caballo. Por eso digo que en cierto modo el caballo nos va llevando a que planteemos las cosas correctamente.

Lo correcto tiene que ver con la eficiencia, es decir habrá sido correcto el modo como demandamos si el resultado ha sido el esperado. Y la eficiencia en este caso tiene que ver con un resultado que debe ser estéticamente armonioso y ejecutado por la libre voluntad del caballo. En este sentido, cualquier imposición por la fuerza o por sujeción, no es que no resulte efectiva, la experiencia y el trato tradicional demuestran que si lo son, pero ciertamente nos estaremos alejando de lo que el caballo espera de nosotros.

Es cierto también que muchas veces nos vemos obligados a “alzar la voz”, a hacer más vigorosas o llamativas nuestras ayudas… pero esto igualmente depende del vínculo que hemos ido desarrollando con el caballo… si hemos sido algo torpes con nuestras ayudas seguramente deberemos aumentar el volumen para que el caballo despeje detrás del ruido cuál es la señal correcta.

En términos comunicativos nosotros somos muy ruidosos para el caballo, emitimos gran cantidad de señales que para el caballo primero son alarmantes por desconocidas y una vez que se habituó a ellas se vuelve sordo en tanto resultan insignificantes. De ahí el riesgo de perder la comunicación porque el caballo abrumado o aburrido por la falta de contenido de nuestros mensajes dejará de prestarnos atención.

Por esa razón siempre es conveniente ser lo más económico posible a la hora de estar cerca de los caballos, economía de movimientos, cuestión de que cada gesto nuestro pueda ser interpretado por la gran sensibilidad del caballo, valioso como una palabra correctamente interpretada.

Puede ser que existan gestos más eficientes unos que otros, pero no se trata de un lenguaje específico que debamos aprender y que una vez adquirido asegurará un diálogo sin interferencias con el caballo. Ese lenguaje lo debemos construir a diario y así tendremos nuestro propio código, pero debemos ser concientes de administrar con algo de disciplina nuestra habitual tendencia a gesticular si queremos que el caballo esté atento a nuestras ayudas e indicaciones.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Sr Hernandez,

Viendo su página estimo que le sería interesante conocer que hay una profesión ya bastante desarrollada de "comunicación telepática con animales", la que permite a los humanos escuchar con más transparencia la voz de los animales: emociones, IDEAS, opiniones, voluntades, etc... que tienen TODOS los animales.

Los caballos por supuesto se comunicacn telepáticamente con otros animales (incluidos los humanos) y por ello, una buena relación de respeto y amistad entre humano y caballo se desarrolla por medio de esta capacidad intuitiva que todos tenemos. Hablar y escuchar realmente al amigo (equino, perruno, alado o escamoso) abre la verdadera opción para establecer una relación digna, amorosa y eficiente -para el caso de entrenamiento de perros y caballos-

Como usted defiende, no estamos aquí para imponer o esclavizar, si no para compartir y aprender juntos ¿y qué mejor que realmente escuchar a nuestro caballo y saber su opinión de las cosas -que la tienen- su preferencia o su propuesta de trabajo? ¿qué es lo que el caballo necesita del jinete?, ¿realmente le gusta hacer ese competencia o tiene más aptitudes y gusto por otro tipo de trabajo menos estresante? (o al revéz, hay caballos que gustan mucho de las competencias)

Mi invitación es a que conozca que es posible conocre realmente lo que los caballos dicen, y dejar las opiniones humanas (proyectivas y antropomórficas) por fin de lado. Estoy segura de que usted tiene una intuición ya muy desarrollada, si no no mostraría amor y respeto por sus amigos cuadrúpedos.

Recomiendo ampliamente visite la página web de una de las fundadoras de esta profesión en EUA (Penélope Smith, www.animaltalk.com, donde aparece el basto directorio de profesionistas en comunicación telepática entre especies animales) o la mía en español www.interespecies.com

Saludos desde México,
Daniela.